Barcelona es una ciudad muy distinta en verano. Es como vivir en un país sudamericano con un dictador corrupto y borracho, una inflación por las nubles, carteles de narcotráfico, carreteras polvorientas, cañerías atascadas, o sea, un país donde nada va a mejor, donde la lluvia nunca llega.
La psique de los barceloneses se desploma con el calor. Emergen malos pensamientos y malos sentimientos que conducen a un mal comportamiento, la especialidad de los barceloneses. Es taimado. Es indecente. Las relaciones no paran de establecerse alrededor de uno, pero no en uno mismo. Personas que no deberían juntarse se juntan.
Barcelona arde. Los días a 35 º C se suceden sin descanso. Todo el mundo está irritable. Con el calor, no puedes fiarte de nadie, y aún menos de ti mismo.
Estaba en una discoteca bailando con , nos estábamos enrollando alrededor de nuestros amigos, conocidos, enemigos y prepotentes visitantes del club musical. En ese momento se acercó una persona y nos pregunto si éramos pareja, por supuesto que no, así que dicha tercera persona se llevo a mi compañía a conocer a una cuarta persona, ya que esta cuarta persona quería conocer a mi compañía.
Mientras mis amigos y amigas, perplejos y perplejas me miraban, yo todavía no comprendía la situación. Al cabo de 10 minutos mi pareja vuelve y me dice que la persona a la que le habían presentado había sido muy borde…. No hay que olvidar estas situaciones, por que son el espejo del futuro.
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